Obesidad Infantil: consejos para prevenir y abordar este problema
Estrategias efectivas para prevenir y abordar la obesidad infantil. ¡Transformemos juntos el futuro de nuestros niños hacia una vida más saludable!
La prevalencia de obesidad y comorbilidades (presencia simultánea de dos o más condiciones médicas en una persona) asociadas son un serio problema de salud pública en México, no sólo porque afecta la calidad de vida sino también porque involucra importantes gastos económicos.
La obesidad se define de manera general como una enfermedad crónica, compleja y multifactorial desfavorable para la salud, caracterizada por un aumento excesivo de grasa corporal. Esta condición favorece el desarrollo de complicaciones metabólicas como hiperglicemia, hipertrigliceridemia e hipertensión
La obesidad en niños está asociada con enfermedades crónicas no transmisibles (diabetes, intolerancia a la glucosa, hipertensión, concentración de lípidos elevados), depresión y discriminación. El desequilibrio entre la ingesta calórica y el gasto energético también afecta la microbiota intestinal generando una disbiosis.
Los niños y jóvenes que hacen actividad física tienen músculos y huesos más fuertes, mejor condición cardiovascular y menor grasa corporal que los niños que no hacen actividad física. Los niños de 3 a 5 años deben realizar actividad física durante todo el día. Los niños de 6 a 17 años necesitan al menos 60 minutos de actividad física todos los días. Pasear a su mascota antes y después de la escuela, andar en bicicleta y correr en el jardín cuentan como actividad física.
Los niños que no duermen lo suficiente corren el riesgo de aumentar de peso de forma no saludable. Algunas razones pueden incluir hacer que un niño coma más o haga menos actividad física debido a la falta de energía. Los niños de 6 a 12 años necesitan dormir 9 a 12 horas sin interrupciones por noche, y los jóvenes de 13 a 18 años necesitan de 8 a 10 horas. C
Reducir el tiempo frente a la pantalla puede aumentar el tiempo para actividades familiares y puede eliminar señales de comer alimentos poco saludables.
Apagar las pantallas una hora antes de acostarse y quitarlas de las habitaciones de los niños puede ayudar a reducir el tiempo que pasan frente a la pantalla y mejorar el sueño.
Un desayuno compuesto por alimentos que sean de absorción lenta, en lugar de uno rico en azúcares, busca que aporte una cantidad de energía suficiente durante el día para mejorar el rendimiento escolar.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que la cantidad de calorías diarias recomendada no debe ser mayor del diez por ciento, ni menor del cinco por ciento.
Ofrece al niño la cantidad de comida justa, solo la necesaria y no ofrezcas alimentos como premio o castigo, ya que podría asociar los dulces como alimentos buenos y las frutas y verduras como malo.
La obesidad infantil presenta riesgos significativos que abarcan desde problemas de salud física, como diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas, hasta impactos en la salud mental, incluyendo baja autoestima y depresión. Los niños obesos enfrentan desafíos académicos y pueden experimentar estigmatización, afectando su desarrollo social. Además, la obesidad infantil puede dar lugar a hábitos de vida poco saludables que persisten en la edad adulta. Es crucial abordar y prevenir este problema para garantizar un desarrollo saludable y reducir el riesgo de enfermedades crónicas a largo plazo.
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