Elevando el bienestar en la vida del adulto mayor

Exploramos cómo el autocuidado fortalece cuerpo y mente en la etapa del adulto mayor. Un viaje hacia la vitalidad y gratitud.

Tiempo de lectura:

Ahora que somos más conscientes de nuestra salud y que tenemos a nuestro alcance información, aplicaciones, gimnasios virtuales, debería ser más fácil llegar al bienestar y tener hábitos de autocuidado. Sin embargo, al llegar a la adultez es muy importante tener un cuidado disciplinado para que nuestra vida sea de calidad. 

Te dejo algunos datos interesantes para considerar si aún eres un adulto joven:

  • Entre 2015 y 2050, el porcentaje de los habitantes del planeta mayores de 60 años casi se duplicará, pasando del 12% al 22%.
  • En 2020, el número de personas de 60 años o más superó al de niños menores de cinco años.
  • En 2050, el 80% de las personas mayores vivirá en países de ingresos bajos y medianos.
  • El ritmo de envejecimiento de la población es mucho más rápido que en el pasado.

En todo el mundo, las personas viven más tiempo que antes. Hoy la mayor parte de la población tiene una esperanza de vida igual o superior a los 60 años. Todos los países del mundo están experimentando un incremento tanto de la cantidad como de la proporción de personas mayores en la población.

Comprendiendo las etapas del envejecimiento y sus desafíos

Para tener más en cuenta el envejecimiento, entendamos que a lo largo del tiempo hay un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales, a un mayor riesgo de enfermedad y, en última instancia, a la muerte. Más allá de los cambios biológicos, el envejecimiento suele estar asociado a otras transiciones vitales, como la jubilación, el traslado a viviendas más apropiadas y el fallecimiento de amigos y parejas. Ante esta situación muchas personas caen en depresión, al sentirse inútiles después de haber concluido su vida laboral y no tener un plan de jubilación; y con la pérdida de sus seres queridos puede venir un tremendo temor a que su vida también termine pronto. 

Por lo antes mencionado es importante que como familiares y amigos seamos redes de apoyo de la persona en su vejez, que fomentemos su independencia dentro de sus posibilidades y hacer sentir que todavía es muy útil y necesario, por ejemplo con actividades acordes a sus funciones, si es una persona sana puede ayudar con el cuidado de los nietos, acudir a actividades recreativas, aprender algo que siempre quiso y por falta de tiempo en su momento no lo realizó. Incluso muchas personas después de su jubilación laboral continúan trabajando por su propia cuenta. 

Entre las afecciones más comunes de la vejez cabe citar la pérdida de audición, las cataratas y los errores de refracción, los dolores de espalda y cuello, la osteoartritis, las neumopatías obstructivas crónicas, la diabetes, la depresión y la demencia. A medida que se envejece aumenta la probabilidad de experimentar varias afecciones al mismo tiempo.

La vejez se caracteriza también por la aparición de varios estados de salud complejos que se conocen habitualmente por el nombre de síndromes geriátricos. Por lo general son consecuencia de múltiples factores subyacentes que incluyen, entre otros, la fragilidad, la incontinencia urinaria, las caídas, los estados delirantes y las úlceras por presión. Lo que suele presentarse por el deterioro de nuestro organismo son los daños cognitivos, que suelen ser pérdida de memoría, atención y lenguaje. Para lo cual se sugiere hacer actividad física desde caminatas sencillas, yoga, bailar, procurar hacer juegos de mesa, juegos de destreza mental como sopa de letras, sudoku, laberintos, entre otros. Todo lo anterior es con el objetivo de mantener la mente activa y ocupada, para que no haya un deterioro grave a los procesos cognitivos, la lectura también es una actividad ideal que ayuda a desarrollar la imaginación, aumentar vocabulario y retención de información.

Los entornos físicos y sociales pueden afectar a la salud de forma directa o a través de la creación de barreras o incentivos que inciden en las oportunidades, las decisiones y los hábitos relacionados con la salud. Mantener hábitos saludables a lo largo de la vida, en particular seguir una dieta equilibrada, realizar actividad física con regularidad y abstenerse de consumir tabaco, contribuye a reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles, mejorar la capacidad física y mental y retrasar la dependencia de los cuidados.

Recuerda que nunca es tarde para comenzar a generar cambios benéficos a nuestra salud, pero sí que tiene mayor impacto el hacerlo con anticipación, de esta manera será más sencillo mantener esos hábitos que ayuden al bienestar y nos otorguen una mejor calidad de vida.

Tags:
No items found.
PSIC Eva Molleda
Psicología
Bienestar
También puede interesarte...