A medida que las hojas caen y el clima se vuelve más fresco, nuestro sistema inmunológico enfrenta nuevos desafíos. En este artículo, exploraremos estrategias prácticas para fortalecer tus defensas naturales durante la temporada de otoño. Desde la mesa hasta tus hábitos diarios, descubre cómo puedes potenciar tu salud y prevenir resfriados y gripes. Acompáñanos en un viaje de bienestar estacional mientras desentrañamos los secretos de una inmunidad robusta, proporcionando herramientas esenciales para enfrentar el cambio de estación con vitalidad y resistencia.

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¿Cuál es el “sistema inmunológico”?

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El sistema inmunológico es un sistema complejo e integrado cuya función principal es proteger al organismo de agresiones externas provocadas por microorganismos, alérgenos o agentes tóxicos. Diferentes estudios ponen de manifiesto que el mantenimiento de las cantidades óptimas de diferentes nutrientes es esencial para garantizar la síntesis de diferentes factores y mediadores de este sistema.

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Podemos fortalecerlo con el seguimiento de una dieta variada y equilibrada que incluya nutrientes y compuestos bioactivos, con mayor interés destacan: las vitaminas A, B₆, B₁₂, C, D, E, ácido fólico (B₉) y biotina (B₇); minerales como el zinc, hierro, selenio, magnesio y cobre; proteínas (lactoferrina) y péptidos bioactivos; ácidos grasos omega-3, entre otros nutrientes 

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Diferentes estudios ponen de manifiesto que mantener cantidades óptimas de diferentes nutrientes en el organismo es esencial para garantizar la proliferación de las células inmunitarias. De hecho, las deficiencias de algunos nutrientes se relacionan con el aumento del riesgo de padecer enfermedades infecciosas, patologías autoinmunes y alergias.

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Fortalece tu sistema inmunológico con estos alimentos

Aquí te presentamos los siguientes alimentos que pueden ayudar a activar  tu sistema inmune:

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• Cítricos: kiwis, naranjas, clementinas y limones, por su alto contenido en vitamina C.
• Berries: arándanos, frutillas, frambuesas y maqui, por tener antioxidantes.
• Verduras: cebolla, ajo, espinacas, coliflor y brócoli, porque contienen antioxidantes. La zanahoria aporta vitamina A (carotenos).
• Pescados grasos: como el salmón, que contienen ácidos grasos Omega 3 y vitamina E.
• Carnes: que aportan proteínas de buena calidad, esenciales para la producción de anticuerpos. También aportan hierro, zinc y vitamina B12.
  Se aconseja preferir las carnes blancas y consumir carnes rojas un máximo de dos veces por semana y  que éstas sean bajas en grasa. Huevo: tiene doble beneficio, ya que en la yema se encuentra la vitamina D y las claras son fuente de proteínas de la mejor calidad.
• Legumbres: Por su alto contenido de proteínas, minerales y fibra.
• Los productos lácteos y en especial los fermentados (leches fermentadas y yogures), son alimentos funcionales, y han sido utilizados además como materia prima y vehículos de sustancias funcionales como bacterias probióticas, fibras con características prebióticas, aminoácidos, grasas esenciales y minerales. El consumo regular de yogures probióticos y prebióticos ha demostrado a lo largo de la historia su estrecha relación con el mejoramiento de la función intestinal y acción protectora contra los agentes patógenos que producen diversas infecciones

No se trata solo de consumir alimentos, aquí hábitos clave que te ayudarán

A esto se debe sumar el consumo diario de dos litros de líquidos (en adulto), ya sea agua o infusiones de hierbas, porque estar bien hidratado es beneficioso para el funcionamiento del organismo. Se aconseja tomar líquidos antes de sentir sed, porque este reflejo significa que ya se está deshidratado.

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Es indispensable hacer actividad física, tener una buena calidad de sueño, tener una salud mental sana, y evitar el consumo de alcohol y tabaco, ya que perjudican las defensas en la cavidad oral.

Se recomienda también evitar alimentos procesados, tales como azúcar, carnes procesadas, harinas blancas y grasas saturadas, ya que, al consumirlos, se dejan de lado los que son saludables y que sí aportan al sistema inmune. Además, producen inflamación en el organismo, lo que perjudica la respuesta inmunitaria.

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En conclusión, fortalecer tu sistema inmunológico durante el otoño no solo es una medida preventiva contra resfriados y gripes, sino también un compromiso con tu bienestar a largo plazo. Al adoptar hábitos y elegir alimentos que respalden la salud de tu sistema inmunológico, estás trazando el camino hacia una vida más resistente y equilibrada. La prevención es la piedra angular de un estilo de vida saludable, permitiéndote disfrutar plenamente de cada temporada sin las molestias de las enfermedades comunes. Recuerda, cuidar de tu salud es una inversión en tu calidad de vida. ¡Prevenir hoy es vivir saludablemente mañana!